Sabemos más sobre el espacio exterior que sobre nuestros océanos, así que tampoco es una sorpresa que los científicos hayan descubierto nada menos que una barrera de coral de 1.000 km de largo en la desembocadura del Amazonas, con esponjas gigantes de hasta 100 kg. No deja de ser curioso cuando además a los corales no les gustan las aguas fangosas. Todavía queda por ver cuántas nuevas especies surgen a la luz.