Como no hacemos caso y no rebajamos las emisiones de dióxido de carbono (CO2), la empresa "Climeworks" ha ideado una máquina para absorber moléculas de CO2 y enviarlas a una base de roca volcánica para que terminen convertidas en roca caliza. Todavía es un prototipo, pero cuando se haga realidad, al menos los niños tendrán millones de piedras para jugar y podrán dejar de una vez las videoconsolas.