A pesar de la apariencia tan graciosa y multicolor del gusano gigante Bobbit, su comportamiento no tiene nada que ver. Vive en el fondo del mar Pacífico, y entierra su largo cuerpo (¡de hasta 3 metros de longitud!) en la arena, dejando solo sus 5 antenas asomando. Entonces espera pacientemente a que algún animal se acerque. Cuando detecta algo, salta sobre su presa a la velocidad del rayo, la atrapa con sus grandes mandíbulas y la entierra instantáneamente en su guarida donde continúa la lucha. En ocasiones, la captura es tan violenta que parte en dos a la víctima.