Uno de los aspectos más criticados del hundimiento del Titanic es la escasa disponibilidad de botes salvavidas. Ciertamente, el transatlántico no contaba con suficientes botes para alojar a todo el pasaje. No obstante, esta circunstancia no pudo ser denunciada tras el naufragio porque el número de botes, aunque insuficiente, cumplía la normativa vigente, la cual se basaba en el tonelaje del barco y no en cuánta gente iba en él.
Joseph Goebbels, Ministro de Propaganda nazi, decidió en 1943 usar la tragedia del Titanic, adecuadamente versionada con la invención de heroicos personajes alemanes, para destacar la inutilidad del capitalismo y ensalzar el III Reich. La película fue encomendada al cineasta alemán Herbert Salpin, quien no pudo ocultar su desprecio por el nazismo y acabó encarcelado. Al día siguiente se le encontró ahorcado en su celda en lo que parece una simulación de suicidio organizada por Goebbels, convirtiéndose así en la última víctima del Titanic.
.jpg "La gafe Violet Jessop en su carrera catastrófica")
La enfermera y azafata Violet Jessop tuvo algo así como una carrera catastrófica. No sólo fue una de las supervivientes del hundimiento del Titanic sino que también se encontraba a bordo del Britannic, barco hermano del Titanic, cuando éste naufragó. Por si fuera poco, era también una pasajera del RMS Olympic durante una colisión. ¡Con un historial así seguramente dormiría con chaleco salvavidas!
El escritor Morgan Robertson imaginó un argumento: trasatlántico llamado Titán choca una medianoche de abril contra un iceberg y se hunde. No hay botes salvavidas para todos. ¿Les suena? Tituló la novela “El naufragio del Titán”. Cuando catorce años más tarde se hundió el Titanic, las coincidencias con el libro resultaron escalofriantes. ¿Visionario? ¿Coincidencia? Robertson murió tres años después del naufragio del Titanic, sentado frente a una ventana con vistas al mar.
El hundimiento del Titanic ha sido siempre una fuente inagotable de inspiración para el cine. Apenas un mes después del naufragio, en mayo de 1912, se estrenó en tiempo récord la primera película sobre la tragedia, Saved from the Titanic. Se trataba de una película muda en la que la protagonista era una actriz que había sobrevivido al hundimiento, Dorothy Gibson. Ella ayudó además con el guión y con la escenografía e incluso llevaba la misma ropa que aquella fatídica noche. De hecho, hicieron tan rápido la película ¡que la ropa apenas habría tenido tiempo de secarse!
Reinhold Boyer fue un auténtico gafe con suerte que salió indemne de más de una docena de catástrofes (múltiples incendios, un terremoto, un huracán, una inundación...) , las cuales afectaron a un total de un cuarto de millón de personas, sin sufrir ni un rasguño. Sin embargo, el caso del Titanic fue algo diferente, ya que en esta ocasión aunque tenía billete no pudo coger el barco debido a una repentina enfermedad, así que por una vez la calamidad no pudo achacarse a tenerle cerca.
¿Renunciar a viajar en el Titanic? Sí, aunque cueste creerlo, el matrimonio Wanderbright no subió a bordo del barco aún cuando su mayordomo y sus cosas ya los esperaban en el camarote. No vieron el futuro, lo cierto es que la decisión que pocos tomarían les salvó la vida. Si bien como inversión de dinero no sería ideal, podríamos decir que fue una buena elección.
Para que los pasajeros del Titanic vivieran su viaje perfecto, se hizo que los empleados de las calderas, conocidos como "Blackman gang", estuvieran siempre fuera de la vista de los pasajeros, pisos más abajo. La Blackman gang tenía que trasegar, trocear y echar a la caldera el equivalente a una piscina de carbón cada día (unas 600Tn) y también desechar 100 Tn de cenizas. Esto último era también una tarea complicada porque las calderas estaban más bajas que el nivel del mar. Las temperaturas eran infernales en la zona de la caldera y gélidas en la zona de almacenamiento del carbón, haciendo que su trabajo fuese el más duro de entre los tripulantes.
El 14 de abril de 1912, el transatlántico Titanic inició el que probablemente sea el naufragio más célebre de todos los tiempos. Uno de los episodios más vergonzosos de la jornada fue el del 'bote de los millonarios'. Y es que, doce hombres especialmente acaudalados se convirtieron en los únicos tripulantes de un bote con capacidad para más de cuarenta ocupantes mientras la mayor parte de los pasajeros se ahogaba.
.jpg "Madre que descubre que sus hijos secuestrados han sobrevivido al Titanic")
Una de las historias increíbles relacionadas con el Titanic es la de los pequeños Michel y Edmond Navratil. Viajaban en el buque con su padre Michel, que después de separarse de Marcelle Navratil, los había secuestrado. Después del hundimiento y con su padre fallecido, se trasladaron a vivir con una pasajera. Marcelle Navratil, reconoció a sus hijos en un artículo del Fígaro, seis días después del naufragio, reuniéndose con ellos en América. Se les llamó los “Huérfanos del Titanic”.
El seminarista irlandés Frank Browne viajó brevemente en el Titanic gracias al regalo de su tío, aprovechando para hacer numerosas fotografías. Conoció a unos millonarios que le invitaron a seguir hasta Nueva York, pero cuando pidió permiso a sus superiores, éstos le ordenaron que bajara en la siguiente escala. De esta forma una decepción se convirtió en un golpe de suerte que le salvó la vida.
La enorme ancla del Titanic tenía unas dimensiones tales que se precisaron 20 caballos Suffolk Punch para tirar de la carreta que se utilizó para su transporte. Este hecho constituyó todo un acontecimiento en la época. La gente no perdía la oportunidad de verla pasar por las calles. Los caballos la desplazaron hasta la estación de tren de Dudley para después enviarla a Belfast, donde pasaría a formar parte del legendario barco.
2018 parece ser el año definitivo. Tras algunos desajustes en cuanto a los plazos de fabricación, parece ser que la réplica del Titanic navegará en breve. ¿Película o realidad? Es real, sorprendente pero totalmente real. Esta detallada copia del conocido crucero de lujo se llamará Titanic II tendrá capacidad para 2.400 personas y 800 tripulantes. Y lo más importante, ¡habrá salvavidas para todos!
La vida parece hacerse muchas veces a golpe de casualidad. Y si no que se lo digan al célebre inventor Guglielmo Marconi, padre de la radiografía. Aunque se trata de un aspecto poco conocido sobre el genio italiano, éste estuvo a punto de tomar parte en el viaje inaugural del Titanic en 1912. Contaba con un billete pero finalmente no pudo acudir por otros compromisos que, a buen seguro, agradeció eternamente.
El empresario había comprado un ticket de primera clase en el Titanic. Sus vacaciones en Niza continuarían en el flamante barco. Sin embargo, tuvo que cancelar su plan por motivo de negocios, así que Milton Hershey, el creador de los famosos chocolates, no embarcó en el Titanic; un giro del destino para la felicidad del paladar de millones.
Un submarino de titanio y fibra de carbono, de OceanGate Inc, descenderá esta temporada a las profundidades del mar con viajes turísticos para descubrir los secretos de Titanic. ¿Te gustaría apuntarte en esta expedición? Cada billete tendrá un costo de 97.400 euros, el equivalente al mismo monto de un boleto de primera clase de 1912. ¡Un precio astronómico!
Aunque el Titanic llevaba más botes salvavidas de los preceptivos, no los suficientes para evacuar a todo el pasaje. Tampoco se realizó ningún simulacro de emergencia durante el viaje, ¿para qué, si el Titanic era insumergible? Es más, el que estaba previsto para la mañana anterior al hundimiento se suspendió, aunque nunca se confirmó la razón que tenía el capitán para ello.
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El estreno en 1997 del mítico film Titanic, de James Cameron, suscitó una nueva oleada de interés por el tristemente célebre transatlántico. De hecho, la película fue posible gracias a los hallazgos de la expedición de 1985 liderada por el doctor Robert Ballard. Lo llamativo del asunto es que esta campaña fue financiada por la Marina norteamericana para recuperar dos submarinos nucleares perdidos. La búsqueda del Titanic fue la tapadera perfecta.