El Pozo de Jacob, situado en Texas (EE.UU), es un manantial natural de belleza cautivadora de sólo 4 metros de diámetro pero hasta 40 metros de profundidad, donde muchos bañistas acuden regularmente. Sin embargo, en sus profundidades se esconden varias de las cuevas subacuáticas más peligrosas del mundo. Tanto es así, que todavía no se han podido explorar todas ellas debido a lo estrechas que son, pero los amantes del riesgo lo siguen intentando sin descanso.