El oro se ha puesto de moda. En un restaurante de Nueva York, se cocinan alitas de pollo rebozadas en oro de 24 kilates. Diez piezas con glaseado de mantequilla de chipotle y miel cuestan más de 40 dólares. El oro no huele ni sabe a nada. Es posible que te preguntes entonces: ¿no sería mejor llevarlas a una tienda de empeño que comerlas?
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- Alitas de pollo rebozadas en oro, ¿cuántas te apetecen?