Ocurrió en un vuelo de Canarias a Amsterdam en 2018. Un viajero olía tan mal que la tripulación no sabía ya donde colocarlo. No sirvió de nada rociarlo todo con perfume ni sugerirle que se encerrase en el baño. La pestilencia hizo vomitar a varios pasajeros y desmayarse a otros. Al final optaron por obligarle a bajar del avión, eso sí, después de aterrizar en Faro (Portugal).
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- Aterrizaje de emergencia por mal olor