Si piensas que los cactus son grandes depósitos de agua protegidos simplemente por espinas, estás muy equivocado. ¡Una planta así no duraría ni un asalto en el exigente entorno desértico! La mayoría de cactus contienen en su pulpa ácidos y alcaloides que los hacen inadecuados para el consumo humano o animal. Aunque el cactus barril es una de las escasas excepciones, hay especies muy parecidas que son letales, ¡cuidado!