Aunque es probable que los piratas tuvieran más lesiones oculares que la media, ésta no era la razón del uso de parches. Ponte en la piel de un pirata en pleno abordaje y recuerda que cuesta unos minutos que la vista se adapte a la oscuridad. Al pasar de la luz del sol al sombrío interior del barco, los piratas quedaban indefensos al no poder ver durante unos instantes. Mientras que gracias al parche mantenían un ojo preadaptado a la penumbra y así evitaban los momentos de ceguera.