La segunda persona más longeva de la historia es la americana Sarah Knauss, quien alcanzó la edad de 119 años y 97 días. Ella fue la última persona viva de quién se verificó que hubiera nacido antes del 1885.
Sarah DeRemer Knauss nació el 24 de Septiembre de 1880 en Clark (Pennsylvania, EEUU) y murió en esa misma ciudad el 30 de Diciembre de 1999. Sólo le faltaron 32 horas para poder vivir el año 2000, lo que significaría que habría vivido en 3 siglos diferentes. Aunque a eso no llegara, la cantidad de cosas que Sarah ha vivido son increíbles: ha vivido siete guerras de EEUU, 23 presidentes diferentes en EEUU e incluso vivió el momento del hundimiento del Titánic o la construcción de la Estatua de la Libertad. De hecho, es más vieja que la Torre Eiffel y el puente de Brooklyn.
Knauss se casó en 1901 con Abraham Lincoln Knauss, cuando ella era costurera certificada. Ella misma se hizo su propio vestido de novia, además de hacer manteles y ropa para los demás. Se rumorea que Sarah aprendió a coser con 4 años de edad. No obstante, después de casarse con Knauss, que era un director de oficinas de seguros, ella se convirtió en ama de casa. Juntos solo tuvieron una hija, Kathryn Knauss Sullivan, a la cual Sarah vio cumplir hasta los 96 años. De hecho, su hija Kathryn vivió hasta los 101 años de edad.
A los 115 años de edad, Sarah aún seguía su pasión por televisión: El golf. Ella alardeaba de que había sido capaz de vivir tantos años gracias a que mordisqueaba tortugas de chocolate con leche, anacardos y patatas fritas. En una entrevista que le hicieron en 1998, dijo que para vivir tanto tiempo hacía falta estar siempre ocupado, trabajar duro y nunca preocuparse de la edad que uno tiene.
Knauss murió debido a causas naturales, ya que no estaba enferma. Actualmente sigue siendo la persona más longeva de los Estados Unidos.
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