Aterrizar en el aeródromo de Paro, en Bután, situado en pleno Himalaya, es todo un desafío para los pilotos, los cuales deben contar con una acreditación especial, ya que deben realizar escalofriantes maniobras antes de tomar tierra: Básicamente se trata de girar bordeando la montaña, dejar caer el avión en la pista y pegar un frenazo porque es corta. ¿Alguien quiere probar? No es de extrañar que en el año 2019 tan solo hubiera unos 20 pilotos en todo el mundo acreditados para aterrizar allí.
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