Adolf Hitler fue un gran orador; un genio en el arte de movilizar al público con su oratoria. Sus gestos y su forma de hablar hipnotizaban a las multitudes. Cuando hablaba parecía estar molesto con mucha gente, se apasionaba, convencía. Pero no todo era pasión, sino que recibió entrenamiento en oratoria. Al parecer se tomó en serio sus clases...