En el año 75 AC, un joven Julio César surcaba el mar Egeo cuando, según Plutarco, fue secuestrado por piratas. Éstos pidieron un rescate de 20 talentos de plata (una verdadera fortuna). Sin embargo, Julio César se sintió insultado y exigió que la suma fuese de 50 talentos. Tan pronto como fue liberado él mismo organizó la captura de los piratas y los ejecutó a todos.