Año tras año, la Navidad es para algunos un agobio de cenas familiares y de empresa, gastos desenfrenados y titánicas luchas por conseguir el regalo y el juguete perfecto. Para aquéllos que odian la Navidad, ésta puede ser la solución perfecta: un viaje a Brunei. Este país asiático prohíbe a los musulmanes celebrar la Navidad y obliga a los católicos a celebrarla en secreto. ¿Se imaginan los enemigos de la Navidad el placer de pasear por sus calles, sin villancicos ni guirnaldas y sin tener que comer y gastar en exceso? Su salud y su bolsillo lo agradecerán.