Aunque parezca increíble, los japoneses han encontrado en el municipio sevillano de Carmona un nuevo lugar de peregrinaje, sus campos de girasoles. A los nipones simplemente les apasionan estos campos y su obsesión llega hasta tal punto que no se conforman únicamente con una foto en el lugar y una clase sobre cómo comer pipas: Por un módico precio también pueden apadrinar una parcela y seguir a través de internet todo el proceso desde la siembra hasta la recolección de las pipas.