Los animales que incuban sus huevos deben buscar el lugar más apropiado para hacerlo, con vistas siempre a garantizar la máxima protección a sus futuras crías. Pues bien, este problema lo han resuelto algunos peces alojando los huevos de su progenie directamente en su cavidad bucal, donde los mantienen hasta que están listos para eclosionar. Así lo hace, por ejemplo, el pez cardenal. Aunque, cuidado, porque a veces se traga alguno de los huevos por accidente.
Incubación bucal, ¿alguna idea mejor?
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