Esta planta misteriosa puedes encontrarla como un helecho verde y brillante, o como una bola de hojas secas rodando por la arena. Dicen que fue bendecida por el mismísimo Jesucristo cuando estuvo en el desierto y que por eso puede resucitar (¿al tercer día?), con un poquito de agua. Absorbe energías negativas, proporciona salud y riqueza y se cree que también rejuvenece la piel. ¿Qué más quieres?